Otro
día Manolito estaba jugando con sus amigos y casi le atropella el
autobús del cole y el conductor le riñó. Así que otro día, sin saber
porqué, hizo una travesura: cogió
unos rotuladores y pintó unas rayas en su escalera, su madre se dio
cuenta enseguida, porque dice él que podría ser espía y cogió un
disgusto porque dijo que les iba a costar mucho dinero y que se notaba
que había
sido él porque las rayas llegaban hasta su puerta. Su abuelo, para
disimular, cogió los rotuladores y rayó hasta el piso de arriba, pero lo
pillaron y su madre siguió el acto y dijo que tenia diméncia senil y
entonces ya
no le dijeron nada, ni le culparon. Luego, Manolito fue y puso su firma
y la fecha, por si en un futuro sacaban fotos, como de las Cuevas de
Altamira.

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